El empresario Juan Carlos López Mena, que controla el transporte marítimo entre
Montevideo y Buenos Aires con la firma Buquebus, desistió hoy de comprar los
aviones de la quebrada aerolínea uruguaya Pluna por las críticas de integrantes
del bloque gubernamental, entre otros motivos.
"En la tarde de hoy el empresario Juan Carlos López Mena informó al Gobierno su desinterés por los aviones de Pluna, como consecuencia de los hechos que en estos últimos días se vinieron desencadenando en el plano político y gremial", informó Daniel Rocca, director de Buquebus, en un comunicado.
Según Rocca, López Mena comunicó al secretario de la Presidencia uruguaya, Alberto Breccia, a cargo de la negociación para resolver el caso Pluna, que tomó esa decisión "por la situación creada por importantes sectores del partido de Gobierno" y "por las medidas adoptadas por el gremio de funcionarios" de la desaparecida aerolínea. Estas "circunstancias" llegaron "a extremos impensados, al punto de tener que poner hasta custodia policial al empresario y su familia", remarca el boletín.
Entre las personas que señala el documento está el senador del bloque gobernante Frente Amplio Eduardo Lorier, del partido comunista, que esta semana se colocó en el epicentro de la polémica al enviar el siguiente mensaje al empresario en una emisora de radio: "Hermano, retírate o te vamos a retirar".
Para López Mena "no están dadas las condiciones adecuadas para avanzar en un proyecto tan complejo como el de la aerolínea", no solo "por la fuerte resistencia político-social desplegada por Lorier y los gremios", sino por "las fuertes discrepancias en el seno del Gobierno acerca de si se anula o no la subasta" en la que la empresa española Cosmos adquirió los aviones de Pluna el pasado 1 de octubre.
El viernes pasado el dueño de Buquebus, que también posee BQB, una línea aérea que le hacía la competencia a Pluna en el puente aéreo Buenos Aires-Montevideo, indicó que a través de esta última firma tenía la intención de pagar los 137 millones de dólares comprometidos en la subasta por Cosmo, que afirmó después haber perdido interés en el negocio.
Además López Mena anunció que iba a negociar con el Gobierno uruguayo el uso de las rutas que operaba la aerolínea quebrada, pero su propuesta fue rechazada.
Simultáneamente, se conoció que el representante de Cosmo en la subasta, Antonio Sánchez, trabajó durante años para López Mena y que la garantía que presentó para participar en la subasta fue avalada por una aseguradora que trabaja intensamente con Buquebus.
Además de BQB por el momento han expresado interés en refundar la aerolínea bandera uruguaya varios empresarios y grupos, entre ellos la compañía española Air Nostrum.
El último ha sido el argentino Carlos Molinari, que este jueves presentó al Gobierno un plan que incluye el pago de parte de las deudas de Pluna y contratar a "todos" sus ex trabajadores, 600. El Parlamento uruguayo aprobó el 17 de julio pasado la liquidación de la aerolínea debido a los 380 millones de dólares que adeudaba.
Cuando se anunció su quiebra una semana antes, Pluna operaba unos 250 vuelos semanales desde y hacia Argentina, Brasil, Chile y Paraguay, lo que suponía cerca del 80 por ciento del total de vuelos en Uruguay.
"En la tarde de hoy el empresario Juan Carlos López Mena informó al Gobierno su desinterés por los aviones de Pluna, como consecuencia de los hechos que en estos últimos días se vinieron desencadenando en el plano político y gremial", informó Daniel Rocca, director de Buquebus, en un comunicado.
Según Rocca, López Mena comunicó al secretario de la Presidencia uruguaya, Alberto Breccia, a cargo de la negociación para resolver el caso Pluna, que tomó esa decisión "por la situación creada por importantes sectores del partido de Gobierno" y "por las medidas adoptadas por el gremio de funcionarios" de la desaparecida aerolínea. Estas "circunstancias" llegaron "a extremos impensados, al punto de tener que poner hasta custodia policial al empresario y su familia", remarca el boletín.
Entre las personas que señala el documento está el senador del bloque gobernante Frente Amplio Eduardo Lorier, del partido comunista, que esta semana se colocó en el epicentro de la polémica al enviar el siguiente mensaje al empresario en una emisora de radio: "Hermano, retírate o te vamos a retirar".
Para López Mena "no están dadas las condiciones adecuadas para avanzar en un proyecto tan complejo como el de la aerolínea", no solo "por la fuerte resistencia político-social desplegada por Lorier y los gremios", sino por "las fuertes discrepancias en el seno del Gobierno acerca de si se anula o no la subasta" en la que la empresa española Cosmos adquirió los aviones de Pluna el pasado 1 de octubre.
El viernes pasado el dueño de Buquebus, que también posee BQB, una línea aérea que le hacía la competencia a Pluna en el puente aéreo Buenos Aires-Montevideo, indicó que a través de esta última firma tenía la intención de pagar los 137 millones de dólares comprometidos en la subasta por Cosmo, que afirmó después haber perdido interés en el negocio.
Además López Mena anunció que iba a negociar con el Gobierno uruguayo el uso de las rutas que operaba la aerolínea quebrada, pero su propuesta fue rechazada.
Simultáneamente, se conoció que el representante de Cosmo en la subasta, Antonio Sánchez, trabajó durante años para López Mena y que la garantía que presentó para participar en la subasta fue avalada por una aseguradora que trabaja intensamente con Buquebus.
Además de BQB por el momento han expresado interés en refundar la aerolínea bandera uruguaya varios empresarios y grupos, entre ellos la compañía española Air Nostrum.
El último ha sido el argentino Carlos Molinari, que este jueves presentó al Gobierno un plan que incluye el pago de parte de las deudas de Pluna y contratar a "todos" sus ex trabajadores, 600. El Parlamento uruguayo aprobó el 17 de julio pasado la liquidación de la aerolínea debido a los 380 millones de dólares que adeudaba.
Cuando se anunció su quiebra una semana antes, Pluna operaba unos 250 vuelos semanales desde y hacia Argentina, Brasil, Chile y Paraguay, lo que suponía cerca del 80 por ciento del total de vuelos en Uruguay.
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