Ninguno tiene más de cuatro años de vida y son un éxito
entre los visitantes de todo el mundo y los locales. Propuestas clásicas y
otras que irrumpieron en la apacible ciudad uruguaya y se hicieron querer.
Algunos de los anfitriones son nacidos y criados en Colonia y otros, llegaron
desde Turquía y Argentina y encontraron, del otro lado del charco, su hogar.
1) NAPO
De Yancí Pos
Nacido y criado en Colonia, Yancí Pos pasó 14 años en
Barcelona antes de regresar a su ciudad. Allá tocó música e hizo serigrafía
hasta que se topó con un maestro pizzero nacido en Nápoles. Con él conoció los
secretos de esa pizza fina y con poco queso, que privilegia el sabor de los
ingredientes en cada bocado. Y un día volvió a Colonia. Ya no lo hizo solo,
sino en pareja con una coloniense Pierina Rodríguez. Juntos abrieron una pizzería
y luchan –con éxito– por imponer las diferencias de la pizza napolitana versus
la tradicional rioplatense, pletórica en muzzarella. El calor es otro secreto.
Para alcanzar los 485° que precisa, Yancí importó de Italia el horno sin tiraje
superior que alimenta con leña.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhju_D9JwPCBUw401M2XtjCQ5B4CxD5vkdU6WcAoFJERKy0f8l7mM-CaFBb9Ow-MkGMUM5scFSdNs1ME8DJCNdUFldQLEdUGOFsVDY2HxCX7Y06w4h6ZcItXQJS6dEH2h3dwk4QjNfuriMY/s0/Blog2.jpg)
Primero la bautizó Don Joaquín porque así se llamaba la
barra con despacho de bebida que tuvo su bisabuelo en el Barrio Sur, y que fue
luego de su abuelo. En realidad, el nombre original del boliche de su abuelo
era Stalingrado, pero cuando, años después de la legendaria batalla, todos
empezaron a sospechar que don Joaquín podía ser comunista, el abuelo no se
opuso a que el boliche fuera rebautizado por la fuerza del uso y la costumbre.
De tanto ir a lo de don Joaquín, un día el lugar terminó llevando ese nombre.
Por aquello de "lo que se hereda no se roba", Yancí hizo un nuevo
cambio de nombre de su pizzeria, y hace poco tiempo la mentó Napo.